ENGLISH
As an African-American who pursued an advanced degree, I struggled through my early years with the sense of isolation, with statements and claims about my inability to succeed as a scientist. The liberating moment, for me, that the things I was thinking, about how I was being treated and the rational for treating me that way, were in fact wrong. And that occurred serendipitously, actually.
I was sitting in my office and I got a call from my colleague, Dr. Benjamin Bowser at Cal State Hayward, and he asked me about a new book that had just been published called, The Bell Curve. And he asked me, “Well you know, Joe, would you please read this book and prepare something about the genetics being used there?” I was a unique individual, in the sense that I had the background in the field of evolutionary genetics, but I also had knowledge of African and African-American history. And I found fallacy after fallacy after fallacy within it. And so I was actually one of the first people to write an article about what was wrong with the statistical methods used in The Bell Curve and the genetics behind it.
And so what I hope is going to happen going forward is a sincere and sustained effort to address institutional racism and implicit bias in the academy. What are things we are doing that are preventing the full participation of racially subordinated people within our disciplines to make a change in the demography of who is doing science? Because changing the demography of science also changes the enterprise of science.
SPANISH
Como afroamericano que quiso conseguir un título avanzado, en mis primeros años, luché con el aislamiento, con declaraciones y afirmaciones sobre mi incapacidad de tener éxito como científico. El momento de liberación para mí fue que las cosas que pensaba sobre cómo me habían tratado y el razonamiento para tratarme de esa manera estaban, en realidad, equivocados. Y eso, en realidad, ocurrió por casualidad.
Estaba en mi oficina y recibí un llamado de un colega, el Dr. Benjamin Bowser de la universidad pública en Hayward, California. Me preguntó sobre un libro recién publicado llamado La curva de campana. Y me preguntó: “Joe, ¿podrías leer este libro y preparar algo sobre la explicación genética que emplea?”. Yo era un individuo especial, en el sentido de que tenía experiencia en el campo de la genética evolutiva, pero también tenía conocimiento de historia africana y afroamericana. Y encontré falacia tras falacia tras falacia en él. Y así, fui uno de los primeros en escribir un artículo sobre los errores de los métodos estadísticos utilizados en La curva de campana y la explicación genética detrás de él.
Entonces, lo que espero que pase en el futuro es un esfuerzo sincero y sostenido para abordar el racismo institucional y la discriminación implícita en el ámbito académico. ¿Qué hacemos para evitar la participación plena de personas en base a la raza dentro de nuestras disciplinas para cambiar la demografía de los que están haciendo ciencia? Porque cambiar la demografía de la ciencia también cambia la iniciativa de la ciencia.
